Desfile de Autoridades de la Ciudad de Oviedo dirigiéndose la Catedral para asistir al "Tedeum" por la traída de aguas del Aramo (Diario ABC (Madrid), 14/08/1903)

Llegada de las primeras aguas del Aramo a Oviedo (1903): manantial de Arruxines de Morcín

Con motivo de una serie de epidemias e incendios que asolaron la ciudad de Oviedo en el periodo 1890-1891, los grupos capitalistas de la ciudad comenzaron a presionar a la Corporación Municipal para que se llevase a cabo la traída de agua de los manantiales del Aramo, pese a la oposición de su Comisión Técnica del Ayuntamiento que consideraba suficiente ampliar la traída de agua desde los manantiales del Naranco (Boo, Fitoria, Ules y Lillo, a los que brinda tributo la «Fuentona» del Parque de San Francisco).

La elección de la solución de la traída del Aramo fue difícil de justificar debido a que era mucho más costosa y su recorrido mucho más largo que la de ampliación de la traída del Naranco (14,5 km frente a 8 km), en un momento en que la gran penuria social por las epidemias y los incendios en la ciudad de Oviedo exigía una solución lo más rápida posible.

En la elección de la solución del Aramo a principios de la década de 1890 tuvieron un papel primordial las recomendaciones técnicas a favor del Ingeniero de Minas y Jefe del Distrito Minero de la Provincia, D. José Suárez y Suárez, escritos y acciones dirigidas al Ayuntamiento de Oviedo, y cuyas memorias publicadas al respecto, tituladas «Manantiales de la vertiente oriental del Aramo. Solución al problema del abastecimiento de aguas a Oviedo. Memoria» (1895) y «El problema de las aguas en Oviedo» (1896), terminaron por convencer a la Corporación Municipal.

Así, el Ayuntamiento de Oviedo decidió dividir el alcance del proyecto de la traida de aguas del Aramo en dos partes: 1/ captación del manantial de Arruxines de Morcín, con anteproyecto encargado al Ingeniero Municipal D. Enrique Galán, y 2/ captación del río Code (aguas abajo de varios manantiales cercanos), con anteproyecto encargado al ingeniero D. Narciso Hernandez Vaquero. Ambos anteproyectos se concluyen en 1897, aunque fueron modificados con posterioridad para su ejecución.

Manantial de Arruxines de Morcín
Manantial de Arruxines de Morcín
Manantial de Arruxines de Morcín
Manantial de Arruxines de Morcín
Manantial de Arruxines de Morcín
Manantial de Arruxines de Morcín
Manantial de Arruxines de Morcín
Manantial de Arruxines de Morcín
Manantial de Arruxines de Morcín
Manantial de Arruxines de Morcín
Manantial de Arruxines de Morcín
Manantial de Arruxines de Morcín
Manantial de Arruxines de Morcín
Manantial de Arruxines de Morcín

Las obras de la traída de aguas desde el Manantial de Arrruxines de Morcín se concluyeron de urgencia en 1903, llegando las primeras aguas del Aramo a la ciudad de Oviedo, en concreto al Depósito de El Fresno (en la zona de la iglesia del Cristo de la Cadenas), en agosto de ese mismo año. Las provenientes de Riosa (río Code y manantial de Fuentes Sordes en Riosa, junto con el manantial de la Fuente Blanca en Morcín), no llegarían a Oviedo hasta el año 1911, fecha en que se terminaron las obras de esa parte de la traída. Hasta la década de 1950 se fueron añadiendo a este complejo y extenso sistema de captación de aguas, conocido como «El Canal del Aramo», otros manantiales tanto en Riosa (Llamo) como en Morcín (manantiales de La Vara, El Ruido, Atambo, Las Quintanas y Ablanedal, y el río Bragales) y Quirós (manantial de Fuentes Calientes, río Lindes y arrollo Navachos).

Las celebraciones por la llegada de las aguas del Aramo a Oviedo desde el manantial de Arruxines de Morcín fueron muy fastuosas, e incluyeron desfile de autoridades hasta la Catedral, «Te-Deum», bendición de las aguas en el Parque de San Francisco y fiesta pública en el mismo.

De estos actos se hizo eco el diario ABC de Madrid en su edición del 14 de agosto de 1903, con la publicación de estas fotos del desfile y del paso de la tubería de agua por el acueducto sobre el río Nalón, acompañadas de este texto en cabecera, todo un retrato de la sociedad y la cultura del agua de la época:

«LA FIESTA DEL AGUA EN OVIEDO. Oviedo está de enhorabuena. Hace tiempo sentía la necesidad de aguas potables con la abundancia que la población y buena higiene requieren. Ya tiene lo que necesitaba. Trabajo, constancia y dinero han sido precisos; pero de todo ello hoy sobra en Oviedo. La Sociedad Popular Ovetense, con un capital de cuatro millones de pesetas, ha realizado el proyecto que hace cerca de diez años, formó un ingeniero, el Sr. Galán, reformándole luego otros. Las obras han sido importantes y costosas. Baste decir que a veintidós kilómetros del depósito de aguas situado en El Fresno, y a 563 metros de altura sobre el nivel del mar, se encuentra el manantial de Arrojinas de Riosa, que, en unión con los de Maderada y Felguerúa, forman el grupo de Code, cuyas aguas en cantidad de 115 litros por segundo, han de ser conducidas a Oviedo. Hay notables obras de ingeniería como el acueducto sobre el Nalón, de un tramo metálico en forma parabólica y de 60, 600 metros de longitud. Oviedo ha celebrado con gran solemnidad la inauguración de la traída de aguas.«

En este artículo se obvió que las aguas que llegaron a Oviedo y dieron lugar a estas celebraciones fueron en realidad las del manantial de Arruxines (Arrojinas) de Morcín.

Desfile de Autoridades de la Ciudad de Oviedo dirigiéndose la Catedral para asistir al "Tedeum" por la traída de aguas del Aramo (Diario ABC (Madrid), 14/08/1903)
Desfile de Autoridades de la Ciudad de Oviedo dirigiéndose la Catedral para asistir al «Tedeum» por la traída de aguas del Aramo (Diario ABC (Madrid), 14/08/1903)
Acueducto sobre el río Nalón para la conducción de aguas del Aramo a Oviedo (Diario ABC (Madrid), 14/08/1903)
Acueducto sobre el río Nalón para la conducción de aguas del Aramo a Oviedo (Diario ABC (Madrid), 14/08/1903)

De estos actos de celebración de la llegada de las aguas del Aramo a Oviedo también se hizo eco la prensa regional. Por ejemplo, en el diario «El Correo de Asturias», en su edición del 1 de agosto de 1903, se publicó la siguiente nota relativa a la actividad del consistorio municipal, también de gran interés sociológico y cultural:

«LA INAUGURACIÓN DE LAS AGUAS. Dio cuenta de la siguiente moción: «La comisión de interior, creyendo interpretar los deseos del Excmo. Ayuntamiento y del pueblo, se propone organizar algunos festejos para celebrar la llegada a Oviedo de las aguas procedentes de la nueva traida y a fin de poder sufragar los gastos que se originen, solicita autorización oportuna para disponer del crédito necesario.

Los festejos se celebrarán el día de la inauguración de las aguas y serán los siguientes: Te-Deum y bendición de las aguas. Lunch a los invitados. Reparto de 500 raciones completas de la Cocina Económica a los pobres de la ciudad. Iluminación en el Campo de San Francisco.

Se interesará del vecindario adorne los balcones por el día e ilumine sus casas por la noche.»

El Sr. Vigil dice que está conforme con todos menos con la función religiosa, pues no cree en la eficacia de los rezos y bendiciones como sucedió cuando la guerra…

El Sr. Presidente interrumpe oportunamente las intemperancias del concejal socialista, y se aprueba la moción, con el voto en contra de los Sres. Vigil, Suárez Fierro y Peso.

El Te-Deum se cantará en la Catedral Basílica el día 5 del actual, a las cuatro de la tarde.

La bendición de las aguas se verificará después que termine dicho acto religioso.

Serán invitadas a tan grata fiesta las autoridades, sociedades y corporaciones, y personas significadas de esta población y de la provincia.

La iluminación en el Capo resultará brillantísima, pues se ha duplicado el número de lámparas, procurándose dejar la parte central del Bombé para que resalte más el precioso alumbrado de las fuentes.

De la colocación de aparatos y de la parte artística del decorado, se ha encargado el electricista Sr. Fernández Cuétara, que ya en otras ocasiones ha dado palmarias muestras de su buen buen gusto y competencia.

En la velada de esta noche, como es sabido, cantarán los coros de Clavé.

Es de esperar que el vecindario, atendiendo al ruego que le dirigirá la Alcaldía en nombre del Ayuntamiento, acogerá unánimemente la idea, para solemnizar tan gran día, de colocar colgaduras en los balcones de las casas, y de iluminarlos por la noche.»

En la misma edición de el diario «El Correo de Asturias» del 1 de agosto de 1903, se publicó este edicto del entonces alcalde de Oviedo, D. Ramón Perez del Ayala (tío del ilustre escritor asturiano), también relativa a la inauguración de la traída de aguas del Aramo:

«LA INAUGURACIÓN DE LAS AGUAS. El Alcalde, Sr. Pérez Ayala, ha publicado la siguiente alocución, que con gusto reproducimos:

Oventenses: Durante varios años ha sido motivo de constante preocupación para todos los amantes de Oviedo la falta de aguas para abastecer a la ciudad, viéndose con pena que su progreso material se estacionaba, que sus excelentes condiciones de sanidad podían correr grabe riesgo y que no había que pensar en nuevas industrias cuando las existentes se veían seriamente amenazadas y comprometidas por falta de tan útil y necesario elemento.

Los diferentes Ayuntamientos que se sucedieron en los últimos años han trabajado con tesón y con fe para solucionar tan importante problema local, cabiéndome a mí la fortuna de que el feliz acontecimiento de la llegada a la ciudad de los primeros manantiales se verifique durante mi mando.

La empresa, vasta y difícil, técnica y económicamente considerada, no se halla totalmente concluida; pero los trabajo principales, la verdaderas y difíciles obras de hidráulica se hallan terminadas y probadas y asegurada económicamente la ejecución de las restantes. Las nuevas aguas entran ya en Oviedo en una cantidad tres veces superior a las que hasta ahora nos abastecían procedentes de Naranco.

Este fausto suceso acordó solemnizarle la Municipalidad con Te-Deum, bendición de las aguas, limosnas a los pobres y festejos públicos, señalando para ello el día 5 del corriente, y al tener la honra de participar tan grata nueva a los vecinos, me prometo que secundarán a su Ayuntamiento con marcadas muestras de público regocijo, a cuyo efecto espero que en dicho día adornarán con colgaduras los balcones de sus casas, iluminando las fachadas por la noche.

Oviedo, 4 de agosto de 1903 – Vuestro Alcalde, Ramón Perez Ayala.»

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